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¿Trastorno de atención o simple falta de concentración?


La concentración es un estado mental que permite reflexionar sobre una sola cosa y mantener la atención en ella, por lo tanto es vital al momento de estudiar y para realizar actividades que son importantes en el día a día. La concentración ocupa un lugar muy importante, ya que sin ella no se logra una utilización al máximo de nuestras capacidades mentales.


En las primeras etapas del desarrollo (1 mes a 6 años de edad), es crucial detectar sí nuestro hijo está atendiendo de manera adecuada. Para poderlo identificar les recomendamos analizar los siguientes puntos clave, que se dan en cada fase del desarrollo y que nos pueden permitir darnos cuenta de si nuestro hijo está dentro del rango normal:


Antes del año: el niño logra seguir objetos con la mirada cuando se mueven en diferentes direcciones.

De 1 a 2 años: el niño ya empieza a imitar lo que hacen los demás y puede quedarse escuchando una historia breve cuando se le está hablando a él. El niño logra mantener la mirada cuando se le está hablando.

De 2 a 3 años: Aunque ya están más activos en el juego, puede mantenerse jugando con lo mismo hasta que termine, sin la necesidad de estar cambiando constantemente de un juego a otro.

De 3 a 5 años: Se nota que el niño puede mantener su atención por periodos más largos de tiempo que antes. Puede mantener conversaciones sin perder el hilo. En el juego se concentra o al ver películas que son de su interés.

De 5 años en adelante: En la escuela puede estar concentrado y finalizar las actividades que se le ponen. En casa puede seguir tiempos e instrucciones.


Pero es importante mencionar que hay una gran diferencia entre estar teniendo un problema en la atención/concentración a que esto pueda volverse un trastorno atencional como el ahora conocido como Trastornos Por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).


Para sospechar que un niño puede estar presentando TDAH, es muy importante tener la opinión de un especialista, sin embargo los focos rojos son:

  • Que la falta de atención ya esté perjudicándole en su desempeño escolar y social.

  • Que lleve con ese problema más de seis meses.

  • Que sea un problema constante que se presente todos los días.

  • Que este problema, vaya acompañado de falta de organización y planeación, de retención de información.

  • Que al mismo tiempo se esté generando algún problema de conducta y fallas para quedarse en un mismo lugar.


Así que hay que estar muy al pendiente para poder realmente delimitar si solo es un desfase en su proceso de atención o ya es un problema mayor. De cualquier forma, hay muchas maneras de trabajar la atención y que mejor que hacerlo acompañado de un juguete como peluche o muñeco, aquí les dejamos algunos consejos:

Podemos hacer uso de muñecos o peluches que ayudan a nuestros hijos a trabajar y fortalecer habilidades atencionales, mezclando el juego con estudio. Se puede trabajar en la atención selectiva, la cual es definida como la capacidad para mantener una atención concentrada entre distractores o estímulos que compiten. Por ejemplo, podrían realizar rompecabezas en donde una de las piezas la deba poner el niño y otra el “peluche”, aunque lo haga el mismo niño. De esta manera, nos podemos dar cuenta del proceso que está llevando para acomodar las piezas.


De la misma manera, podemos trabajar la atención sostenida, esta clase de atención se da cuando se necesita permanecer consciente sobre los requisitos para llevar a cabo una determinada actividad y poder desempeñarla durante un largo período de tiempo.


Les podemos dar ciertas órdenes e instrucciones con pasos determinados a nuestros hijos para que consigan que el peluche / muñeco logre alguna actividad, ya sea comer su platillo favorito o que realice alguna actividad cotidiana. El niño tiene que explicarle las instrucciones al osito con sus palabras y muy importante, explicarle al niño que cada vez que hable con el oso tiene que mirarlo a los ojos para que el muñeco pueda entenderlo y que juntos realicen la actividad.


En niños más grandes también se puede utilizar para que ellos le lean cuentos a su muñeco y le expliquen en sus palabras lo que ellos están entendiendo, de esta forma puedes ir revisando sí el niño está enfocando su atención en las ideas principales.

No olviden que al tener que realizar tareas escolares, el muñeco o peluche también puede servir de un estímulo que ayude al niño a concentrarse y acompañarlos hasta terminar sus deberes!

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