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Trastorno por déficit de atención (TDAH)


Arturo es un niño de 6 años que está presentando problemas de conducta en escuela y casa. En la escuela, los profesores se quejan de que no cumple con las actividades en clase debido a que está distraído constantemente. Además, cuando comienza tareas suele no terminarlas, es muy inquieto por lo cual no permanece sentado por mucho tiempo y molesta constantemente a sus compañeros quitándoles atención en clase. En casa, no obedece reglas, es muy irritable, se mueve constantemente y sus padres no saben cómo controlarlo. Todas estas manifestaciones cada día le están causando mayores problemas, tanto en la parte académica como en la parte social, hay muchos niños que se alejan de él porque no quieren ser molestados.


¿Tendrá Arturo TDAH?

Es muy arriesgado dar una respuesta a simple vista, no podemos dejarnos llevar por lo que se observa en casa o en la escuela, para realmente averiguarlo necesitamos un proceso completo y profesional. Es por ello que en este artículo vamos a desglosar los puntos principales del trastorno y delimitaremos los pasos que deben seguirse para realizar un buen diagnóstico.



¿Qué es el TDAH?


Lamentablemente, en la actualidad el TDAH se ha convertido en algo muy común de diagnosticar; niños sin límites, sin reglas, con problemas en casa, incluso niños con problemas neurológicos más complicados, todos llegan a caer en el mismo espectro diagnóstico “TDAH”. Estos diagnósticos los dan a simple vista desde profesores hasta especialistas en las áreas de psicología, neurología y psiquiatría. Pero ¡ATENCIÓN! El diagnóstico de TDAH es mucho más complejo de lo que se piensa.


Sin duda, el TDAH existe y es considerado como un trastorno del neurodesarrollo, para tener certeza de que realmente está presente y no se está confundiendo con algún otro trastorno o con una simple falla en la disciplina en casa, es necesario tomar en cuenta varios aspectos.


El TDAH se caracteriza por criterios como falta de atención o concentración, falta de control de impulsos y muchas veces puede o no estar acompañado de hiperactividad (movimientos corporales constantes).


Primero es importante hablar de las posibles causas, a pesar de que no se conocen con certeza todavía, se dice que predominantemente influye: la genética, situaciones durante y después del embarazo y el primer ambiente en donde se desenvuelve el niño.


En cuanto a los factores genéticos se ha encontrado que el 70% de adultos que tienen TDAH heredan el trastorno a su hijo o hijos.


Las causas durante y después del embarazo pueden ser el consumo de alcohol o tabaco de la madre, tener un embarazo en condiciones adversas, que el niño sea prematuro o con bajo peso al nacer, hipoxia, anoxia o cualquier complicación que pueda afectar al desarrollo cerebral del niño.


Sin embargo, las causas ambientales (sobre todo los primeros años de vida) pueden también ser cruciales para detonar manifestaciones de TDAH. Un ambiente en donde se vive mucho estrés familiar (mala relación entre los padres, adicciones, violencia), puede afectar a que el niño no genere las conexiones cerebrales que comúnmente se dan en los primeros años en los circuitos cerebrales frontales, los cuales son los encargados del control de impulsos, planeación y visión de consecuencias a futuro.


Para asegurarnos de que nuestro hijo tiene TDAH es muy importante tomar en cuenta los siguientes aspectos:

  1. Que las manifestaciones le estén afectando en más de una esfera en un su vida (escuela, casa, amigos o en lo personal) y que esto se haya manifestado mínimo por 6 meses.

  2. Que se comprueben alteraciones en los circuitos cerebrales parietales relacionados con la percepción-atención y circuitos cerebrales frontales relacionados con funciones ejecutivas como: planeación, organización, flexibilidad mental, memoria a corto plazo y control de impulsos. Para esto es necesario realizar una valoración neuropsicológica.

  3. Que las fallas y síntomas no sean mejor explicados por la presencia de algún trastorno del estado de ánimo como depresión infantil, ansiedad infantil o algún otro trastorno neurológico o psiquiátrico. Para esto se recomienda una valoración psiquiátrica o neurológica completa.

Una vez que se tenga un diagnóstico certero se podrá concluir la presencia o ausencia de TDAH, o bien, sí este se está presentando en conjunto con otros padecimientos. Con lo anterior, se puede otorgar un tratamiento adecuado y específico para el niño/adolescente.

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